Escrito por: Biol. Idalyth Guadalupe Ivonne Islas Ruiz
Tiempo de lectura: 15 minutos
Objetivo: Explorar la técnica del injerto en hortalizas y sus beneficios en la resistencia, productividad y adaptación a condiciones adversas en nuestros cultivos.
¿Qué es la propagación por injerto?
El injerto es una técnica de propagación sin semilla utilizada para unir dos plantas, permitiendo que crezcan como una sola.
Se emplea en hortalizas para mejorar su resistencia a enfermedades, aumentar la productividad y adaptarse a condiciones ambientales adversas.
La técnica de injerto data desde los tiempos antes de Cristo en la antigua China en occidente y se conoce desde la época de la Grecia clásica.
Esta técnica consiste en unir una parte de una planta a la cual llamaremos “variedad”, con otra planta ya establecida a la que llamaremos “patrón” o “portainjerto”, para que ambas crezcan juntas.
La “variedad” aporta características deseables, como calidad de frutos o resistencia a plagas, mientras que el “patrón” proporciona un sistema radicular fuerte y adaptado a condiciones desfavorables, esto es de mucha utilidad en el cultivo de determinadas especies en lugares y condiciones en los que por sí solas no sobrevivirían.
La unión se logra mediante un corte preciso y el contacto estrecho de los tejidos.
Es una técnica de propagación vegetativa, distinta a la reproducción por semillas o esquejes, pero si deseas conocer más sobre esas técnicas visita nuestros artículos Guía: Cultivo de plantas y hortalizas por estacas y esquejes y Guía: Semillas: Tipos, clases y variedades.


Beneficios del injerto en hortalizas
El injerto es ampliamente utilizado en cultivos intensivos debido a las múltiples ventajas que presenta y que presentaré a continuación:
1. Resistencia a enfermedades del suelo
Los portainjertos suelen ser tolerantes a patógenos como hongos, bacterias y nematodos, reduciendo la necesidad de tratamientos químicos.
2. Mayor vigor y absorción de nutrientes
Al utilizar un sistema radicular fuerte, la planta injertada puede aprovechar mejor los recursos disponibles.
3. Adaptación a condiciones ambientales extremas
Mejora la tolerancia de nuestros cultivos a la sequía, temperaturas extremas y suelos con problemas de salinidad.
4. Incremento en la producción y calidad de frutos
Permite obtener cosechas más abundantes y uniformes, con frutos de mejor tamaño y calidad comercial.
5. Extensión del ciclo productivo
Las plantas injertadas suelen tener una vida útil más larga y mayor capacidad de recuperación tras condiciones adversas.
¿Cuáles son los principales tipos de injerto y en qué casos se utilizan?
Hay diversos métodos de injerto, cada uno con aplicaciones específicas. La elección del método adecuado depende de factores como la especie vegetal, las condiciones ambientales y el objetivo del injerto, que puede ir desde mejorar la resistencia de la planta hasta optimizar su productividad. Entre los más utilizados y comunes se encuentran:
Injerto de púa:
Consiste en insertar una pequeña rama o yema dentro de una abertura realizada en el portainjerto, permitiendo su integración y desarrollo.
Injerto de aproximación:
Se basa en unir dos plantas que crecen en proximidad, asegurando que sus tejidos se fusionen antes de separarlas de sus raíces originales.
Injerto de escudete:
Implica la inserción de una yema en una pequeña incisión realizada en el portainjerto, facilitando su adaptación y crecimiento.
Injerto de corona:
Se emplea en plantas con tallos más gruesos, en los que se realizan varias incisiones alrededor del perímetro para colocar múltiples púas y lograr una integración efectiva.
En el cultivo de hortalizas, la elección del método de injerto depende tanto de la especie como del propósito de la técnica empleada, en hortalizas, se pueden utilizar los siguientes métodos:
1. Injerto de empalme:
En este método se unen los tallos de la variedad y el patrón mediante un corte recto, asegurando que las superficies de contacto queden alineadas.
2. Injerto en bisel:
Se realizan cortes diagonales en ambas partes para aumentar la superficie de unión y favorecer la cicatrización.
3. Injerto de hendidura:
Se abre una ranura en el patrón y se inserta la variedad en ella, asegurando un contacto firme.
4. Injerto de aproximación:
En el injerto de aproximación se unen dos plantas sin separarlas de sus raíces hasta que la unión se haya establecido por completo.
Materiales necesarios para realizar un injerto
Antes de iniciar el proceso, es muy importante contar con los materiales adecuados y preparar correctamente el área de trabajo. Un espacio limpio y organizado facilitará la ejecución de la técnica y reducirá el riesgo de fallos en la unión de las plantas. Los materiales necesarios para realizar el injerto deben ser los siguientes:
- Navaja o bisturí afilado para realizar cortes limpios.
- Alcohol al 70% para desinfectar herramientas y manos.
- Algodón para aplicar el alcohol.
- Guantes de látex o, en su defecto, manos bien lavadas.
- Tramo de manguera espagueti para sujetar la unión del injerto o pinzas o clips para injerto .
- Pedazo de hule espuma que servirá como protección y fijación o bien un poste o soporte para injerto.
También es fundamental trabajar en un ambiente con temperatura estable entre 20-25°C, humedad moderada y luz indirecta para evitar estrés en las plántulas injertadas. Si quieres conocer más sobre los efectos de la luz en tus cultivos visita nuestra Guía Práctica: La Importancia de la Luz en el Cultivo.
Paso a paso: Cómo injertar hortalizas
1. Preparación del área de trabajo y del material
Antes de manipular las plántulas, es esencial desinfectar el espacio y herramientas para evitar la contaminación de los tejidos.
- Limpiar la superficie de trabajo con alcohol al 70%.
- Desinfectar la navaja o bisturí con alcohol antes de comenzar.
- Lavarse las manos correctamente o utilizar guantes de látex.
- Tener todos los materiales listos para agilizar el proceso y evitar la deshidratación de los tallos.
2. Selección de las plantas a injertar
El éxito de esta técnica depende en gran medida de la elección correcta de las plantas. Se deben seleccionar plántulas sanas y vigorosas:
- Altura adecuada: Las plántulas deben medir entre 10 y 15 cm.
- Diámetro similar: Tanto la variedad como el patrón deben tener un grosor de tallo semejante para facilitar la unión.
- Sistema radicular fuerte: El patrón debe tener raíces sanas y bien desarrolladas.
3. Corte de la variedad (parte aérea del injerto)
La variedad es la parte superior del injerto, que conservará sus hojas y características productivas.
- Realizar un corte recto en el tallo a 5 cm de la base.
- Conservar la parte superior con hojas y descartar la base.
- Hacer un corte biselado en el extremo, con una inclinación de 0.3-1 cm, para facilitar el contacto con el patrón.
4. Corte del patrón (parte inferior del injerto)
El patrón proporcionará el sistema radicular para la nueva planta injertada.
- Realizar un corte recto en el tallo, eliminando la parte superior.
- Hacer un corte en hendidura, dividiendo el tallo a la mitad con una profundidad suficiente para encajar la variedad.
5. Unión del injerto
En este paso, se unen las dos partes procurando que los tejidos queden en estrecho contacto.
- Introducir la variedad en el patrón, asegurando un alineamiento correcto.
- Presionar suavemente para evitar la formación de bolsas de aire.
6. Fijación del injerto
Para garantizar una unión estable, es necesario sujetar la zona injertada con materiales adecuados.
- Puedes colocar un pedazo de hule espuma alrededor de la unión.
- Sujetar con un tramo de manguera espagueti abierto a lo largo, asegurando que mantenga las partes unidas sin ejercer demasiada presión.
O también podemos utilizar herramientas más específicas como lo son las pinzas o clips para injerto, los cuales ya están diseñados para proporcionar una unión segura y flexible entre la variedad y el patrón, favoreciendo una cicatrización rápida y un crecimiento saludable.
Las pinzas o clips para injerto son herramientas que se encuentran disponibles en distintos tamaños ya que se adaptan a diversas especies y técnicas de propagación. Además, sus materiales flexibles proporcionan estabilidad mientras la planta se desarrolla.
A continuación, te hablaré más sobre sus características y cómo elegir el modelo más adecuado para tu cultivo.
Tipos de pinzas o clips para injerto y sus aplicaciones
Pinzas o clips para injerto de 2.3 mm
- Usos: Ideales para plántulas de jitomate, pimiento y berenjena en sus primeras etapas de desarrollo.
- Función: Proporcionan una sujeción firme sin dañar los tejidos, favoreciendo la formación del callo de unión entre el patrón y el injerto.
Clips para injerto de 2.5 mm
- Usos: Adecuadas para pepino, calabacín y sandía, especialmente cuando el tallo ha alcanzado un diámetro ligeramente mayor.
- Función: Mantienen la alineación del injerto, evitando desplazamientos que puedan afectar la vascularización y el éxito del injerto.
Pinzas o clips para injerto de 2.8 mm
- Usos: Recomendadas para melón, calabaza y variedades de tomate de crecimiento vigoroso.
- Función: Facilitan la unión de tallos más gruesos, asegurando una presión adecuada para la cicatrización sin generar estrés mecánico excesivo.
Pinzas o clips para injerto de 3.2 mm
- Usos: Estas son ideales para berenjena, sandía y cultivos de porte alto, donde el tallo presenta un mayor diámetro.
- Función: Proporcionan estabilidad en injertos de plantas con crecimiento acelerado, evitando la separación prematura antes de la consolidación del tejido vascular.
Postes o soportes para injerto de planta
- Usos: Se emplean en cultivos como tomate, pepino y pimiento, donde el injerto necesita apoyo estructural para evitar quiebres o inclinaciones.
- Función:
- Mantienen la verticalidad del injerto, reduciendo el riesgo de daño mecánico.
- Favorecen la correcta vascularización al evitar movimientos bruscos que puedan afectar la unión del injerto.
- Mejoran la resistencia de la planta al viento y otros factores ambientales.
El uso adecuado de estas herramientas garantiza un injerto exitoso, optimizando la producción y la calidad del cultivo.
Cuidados posteriores al injerto
Después de realizar el injerto, es crucial proporcionar un entorno favorable para la cicatrización y desarrollo de la planta.
Mantener una humedad adecuada, evitando la deshidratación de los tejidos.
Proteger las plántulas de luz solar directa, ubicándolas en un sitio con sombra parcial.
Evitar cambios bruscos de temperatura que puedan afectar la fusión del injerto.
Revisar el injerto después de 7-10 días para verificar su éxito y retirar progresivamente la fijación.
El injerto es una técnica fundamental en la agricultura moderna, permitiendo mejorar la producción, resistencia y adaptación de hortalizas. La elección del tipo de injerto depende de múltiples factores, como la estructura del tallo, la especie cultivada y los objetivos del procedimiento.
Al aplicar correctamente esta técnica, los agricultores pueden optimizar el rendimiento de sus cultivos, reducir pérdidas por enfermedades y mejorar la calidad de sus productos. Un manejo adecuado del injerto, junto con cuidados posteriores como protección contra cambios de temperatura y humedad controlada, asegurará un éxito en la integración del patrón y la variedad injertada.
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